Nuestra parroquia debe su nombre al patrón de Vigo, el Santísimo Cristo de la Victoria, cuya veneración en aquella ciudad portuaria llena las calles el primer domingo de agosto.
La imagen que se venera en nuestra parroquia fue tallada por Manuel Miranda en Santiago de Compostela y regalada por la comunidad viguesa. Se trata de un Cristo muerto y alanceado de tamaño natural, exento, de estilo barroco, pendiente de una cruz de cuatro metros.
La parroquia fue erigida en 1940, y su territorio se desmembró del de la parroquia de Ntra. Sra. se los Dolores (San Bernardo 101).
Desde su erección canónica, se encomendó la cura pastoral a D. José Alcocer, quien condujo desde 1940 hasta 1975 la vida de esta comunidad cristiana.
Al carecer de templo propio, se comenzó la actividad en el Colegio La Salle San Rafael (1940-1942). En 1943 la parroquia se trasladó al Asilo de Convalecientes, regentado por las Hijas de la Caridad, en la calle Meléndez Valdés.
Mientras tanto, D. José promovía ya la construcción del templo parroquial, con todas las agotadoras gestiones que ello conlleva: burocracia y administración eclesiástica y civil de terrenos y licencias; el proyecto arquitectónico; y, sobre todo, recabar los fondos necesarios para la realización del proyecto. A esto se debe sumar la cura pastoral, llena de ilusión y empuje para consolidar la vida cristiana de la feligresía: sacramentos, catequesis, actos culturales, misiones, Cáritas…
A este respecto, D. José ilusionó constantemente a la feligresía, que correspondió con gran generosidad.
Fruto del empeño del párroco —que nunca perdió empuje ante las muchísimas dificultades que surgieron— y la respuesta económica generosa de toda la feligresía a lo largo de muchos años, el templo del Stmo. Cristo de la Victoria fue levantado y felizmente consagrado en 1963.
Este grandioso templo tiene su fundamento en la fe y generosidad del pueblo de Dios, de los ciudadanos que a lo largo de tantos años han querido hacer presente la voz de la fe en el corazón de un barrio que cuenta desde entonces con esta casa de Dios, lugar de encuentro, faro de luz de fe, de caridad y de cultura.